Ayuno y oración 11:00 a 12:30 hs
Ayuno y oración 17:00 a 18:30 hs
¡Gracias a todos los hermanos
que participaron es estos tiempos de oración!
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Y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo: Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca. Entonces Mardoqueo fue, e hizo conforme a todo lo que le mandó Ester.
Ester 4:15–17 (RVR60)
Esta es la resolución que tomó la reina Ester, aconsejada por su tío Mardoqueo, en un momento crucial de la historia del pueblo judío. Fue un llamamiento a la oración y al ayuno durante tres días rogando a Dios que extendiera su mano para proteger del exterminio a los judíos. El resultado fue que Dios respondió milagrosamente deteniendo el terrible decreto que amenazaba con aniquilar al pueblo de Israel.
Lo que vivimos hoy con el COVID-19 es global. Afecta al mundo entero. Resulta sencillo lanzar mensajes oportunistas o pronunciar predicciones. En realidad, lo único que podemos decir con certeza es que esta pandemia no escapa al plan de Dios ni le ha sorprendido en lo más mínimo, al contrario, Él sigue gobernando el curso de los acontecimientos y de la historia mundial.
Por tanto, lo único seguro es que:
1. No se ha acabado nuestro tiempo, seguimos aquí y seguimos teniendo oportunidades, aunque de forma diferente.
2. Es muy cierto que vivimos el atardecer de la historia humana y que el tiempo es cada vez más corto. El fin de los tiempos se acerca, así como la venida del Señor.
3. Es momento de volver nuestros ojos a Dios y a lo realmente esencial, dejando a un lado lo superficial y reforzando nuestro compromiso con el Señor.
¿En qué lugar nos deja esto como iglesia?
Posiblemente cuando el confinamiento termine tendremos que encontrar nuevas formas de evangelismo para hacer llegar el mensaje de Cristo a los demás. Pero ahora nos toca volver nuestros ojos al cielo y orar a Dios. Clamar a Él desde lo más profundo de nuestro corazón. Es tiempo de volvernos a Él como lo hicieron los judíos en tiempos de Ester.
Y no lo haremos con miedo ni con incertidumbre, sino con un sentido profundo de responsabilidad como Iglesia, y también como individuos, tomando en serio el tiempo que vivimos y aprovechando la ocasión para unirnos en oración y consagrar nuestras vidas más al Señor.
Este año 2020, hemos adoptado como Iglesia Local el lema “Casa de Dios y puerta del cielo”, para hablar de la Iglesia y su papel en este tiempo: Nuestra misión y cometido, nuestros privilegios, nuestras obligaciones, nuestro compromiso con Dios, con el Cuerpo de Cristo y con la sociedad…
Y llegó el COVID-19.
Pero lejos de ser un impedimento, solo confirma y refuerza la importancia de la Iglesia de Jesucristo en este tiempo. De hecho, vamos a anticiparnos y utilizar ahora, en la Semana Santa, el mismo lema que teníamos proyectado para nuestro Congreso Nacional porque realmente creemos que hemos nacido “para este tiempo”.
Esta es nuestra convocatoria a tres días de ayuno y oración. Nos unimos a miles de hermanos nuestros en todo el mundo y clamamos a Dios como lo hizo el pueblo judío en tiempos de Ester. Y lo haremos juntos e individualmente.
Al apartar estos días para orar y ayunar juntos como Iglesia Local no lo estamos haciendo solos. Hay una convocatoria similar en muchos países hispanoparlantes del mundo y son cientos de iglesias las que están secundando esta iniciativa, cada una con su programa en particular.
Por lo tanto, nos uniremos a miles de hermanos en el mundo que estarán clamando a Dios en estos días. Publicaremos un link, en el que diversos líderes de iglesias estarán orando durante las 72 horas, del jueves al sábado, y en cualquier momento del día podrás unirte también a esa oración y seguirla. Este es un tiempo de ayuno y oración unido con muchos hermanos más, alrededor del mundo.
No obstante, nosotros, como Iglesia Local, estaremos reuniéndonos online en oración a través de las convocatorias que anunciaremos en esta página.
Existen diferentes tipos de ayuno en la Biblia: Ayuno normal, ayuno parcial, ayuno absoluto, privado, congregacional, nacional… y del mismo modo encontramos ayunos de diferente duración: un día, dos días, tres días, una semana, tres semanas y hasta cuarenta días.
En este caso, estamos convocando a toda la Iglesia Salem a un ayuno de tres días y es evidente que cada uno debe unirse al ayuno en la medida de sus posibilidades y condiciones. Hay personas que están en casa todo el día, hay otros que trabajan, y los horarios y condiciones de salud y fortaleza en cada uno varían. Así que la convocatoria no es estricta para que todos se sientan obligados a guardar los tres días de ayuno. Es una convocatoria de tres días para que te unas a ella en la medida de tus posibilidades y según tu condición.
Si puedes y deseas ayunar los tres días, adelante. Hazlo responsablemente. Pero si solo puedes hacerlo un día, o dos, adelante también. Si tu ayuno es parcial, suprimiendo alguna de las comidas del día, adelante. Si es total, adelante también. Sé responsable y únete a nosotros en algún momento de la convocatoria y en la medida que puedas hacerlo, sintiéndote parte del Cuerpo, y no sintiéndote culpable de nada.
Si estás trabajando, necesitarás comer y estar lúcido y despierto para cumplir con tus obligaciones. Sé responsable y no acudas al trabajo debilitado. Si estás enfermo, igualmente no es aconsejable que dejes de comer. Aparta un tiempo en estos días para que puedas unirte a la oración con tus hermanos. Pero si tienes fuerza y ocasión, responde a la convocatoria en forma y tiempo adecuados para ti. Recuerda que el ayuno siempre tiene que ver con la privación de algo físico y material para prestar toda nuestra atención a lo espiritual. De modo que, en la medida de tus fuerzas, únete.
Hay toda una lista de motivos de oración por los que queremos clamar al Señor y ayunar delante de Él. No es este el momento de presentar ante Dios nuestros propios motivos o peticiones personales. La razón por la cuál nos unimos para orar y ayunar estos tres días tiene que ver directamente con la pandemia del Coronavirus y su repercusión mundial.
Queremos arrodillarnos y clamar delante de Dios por nuestra tierra. La Palabra del Señor dice así: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” (2º Crónicas 7.14).
Entendemos que como Iglesia es nuestra responsabilidad en este momento humillarnos delante del Señor, buscar su rostro, orar, arrepentirnos, clamar a Él por misericordia en las diferentes áreas de necesidad que han surgido a raíz de esta pandemia.
Por todo ello nos reuniremos como congregación en momentos concretos durante estos tres días y clamaremos al Señor por motivos concretos como un solo pueblo, esperando y confiando en que nuestro Dios en los cielos oye la oración de su pueblo aquí en la tierra. Oraremos por arrepentimiento, misericordia de Dios, salud, sanidad, protección, avivamiento, provisión, sabiduría, por los médicos y profesionales, enfermos, desvalidos, etc. Que el Señor tenga misericordia y sane nuestra tierra.
Los días que apartaremos para esta convocatoria de ayuno y oración serán del 9-11 de abril (jueves, viernes y sábado de la Semana Santa). Durante estos tres días haremos dos conexiones diarias para orar juntos, una por la mañana y otra por la tarde. Te pedimos que te conectes cada día solamente en uno de los dos horarios, el que menor te venga, para dar lugar también a los demás hermanos, ya que el número de conexiones online puede ser limitado y no queremos sobrecargar la conexión de modo que todos puedan acceder. Las conexiones para orar cada día serán en dos franjas horarias:
· De 11’00 a 12’30 por la mañana
· De 17’00 a 18’30 por la tarde
Esto lo haremos cada uno de los tres días (9, 10 y 11 de abril).
También puedes seguir en directo las 72 horas ininterrumpidas de oración.