Como seguidores de Cristo que viven con una mente renovada (metamorfosis), somos exhortados a compartir nuestros recursos con nuestros hermanos más necesitados. Asimismo, tenemos el desafío de salir de nuestra zona de confort y buscar al extraño, atendiendo también a sus necesidades. 

Al hacerlo, reflejamos el Evangelio de Jesús, quien nos justificó compartiendo Su justicia con los injustos para que sean declarados justos (santos) y quien extendió amor y gracia a aquellos separados de Dios (extraños) para que pudieran reconciliarse con Él.